Sebastián Izquierdo, coordinador académico del CEP: “Cuando pasamos la mitad del Gobierno, uno debiera esperar resultados y (...) son más bien escasos”
El experto considera complejo avanzar en paralelo en una agenda prioritaria de seguridad y una económica.
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El 1 de junio de 2023 el coordinador académico del Centro de Estudios Públicos (CEP), Sebastián Izquierdo, fue parte de la audiencia que siguió atentamente la cuenta del Presidente de la República, Gabriel Boric, a quien vio más flexible “dogmáticamente”, aunque quedaba la duda de qué implicaría dicha posición. A casi un año, repasa cuánto de ello se plasmó en la agenda.
“Si analizamos los resultados, lo que uno ve es que no vieron la luz, no llegaron. Quedó más bien, después de un año, una promesa incumplida. No tenemos un pacto tributario aprobado en el Congreso capaz de poder ordenar no solamente a las fuerzas del propio Gobierno, sino que capaz de persuadir a la oposición”, afirma.
Y, por lo tanto, añade que “nos quedamos con la escasez de recaudación fiscal que se buscaba, como también con la escasez de propuestas capaces de cambiar el estancamiento económico que estamos viviendo por un punto de inflexión capaz de quebrar la tendencia del PIB de estructural”.
“Todas las reformas más bien sectoriales necesitan recursos fiscales, pero se traban mutuamente las conversaciones en el sentido de que las políticas públicas de esa recaudación no son compartidas de manera transversal”.
- ¿Pero se acordó un fast track económico?
- Hablando del pacto fiscal, estamos viendo un nuevo cambio de estrategia, también de lenguaje. Desde hace pocos días, estamos hablando más bien de un fast track, de un listado de proyectos económicos que vienen a aprender una lección de otra urgencia ciudadana que es justamente seguridad, donde durante el año sí hubo un aumento importante de la legislación en relación.
Pero se adopta esa estrategia de fast track con una cierta premura en el sentido de que todavía los proyectos relevantes de seguridad no han sido 100% abordados y, por lo tanto, entra a competir justamente con este otro sector y sabemos que, según la ciudadanía, la seguridad sigue siendo el tema número uno en la mayoría de las encuestas. Así que está por verse cuál de estos 21 proyectos serán meras urgencias legislativas a proposición del oficialismo o más acuerdos conversados legislativamente.
- ¿No es posible avanzar en paralelo en los dos acuerdos de seguridad y materias económicas?
- Eso lo dificulta el haber adoptado no solo el mismo nombre de la estrategia, sino que la misma estrategia y habiendo no terminado el fast track de seguridad. Siendo esta la preocupación número uno de prácticamente el 80% de la ciudadanía, hace difícil que el Congreso pueda tener en economía la misma tasa de éxito que tuvo en seguridad el año pasado, pero está por verse que ocurre en estos meses que quedan del año.
Tengo la intuición de que al menos en la oposición hay una mayor predisposición a avanzar de manera más rápida con los temas de crecimiento económico, no así con los temas tributarios y, por lo tanto, ahí se requerirá más conversación al respecto.
Rendición de cuentas
- El año pasado comentábamos la necesidad de una reforma de pensiones que ya se veía compleja. ¿Considera que ese tema se pueda resolver?
- Todas las reformas sectoriales necesitan recursos fiscales, pero se traban mutuamente las conversaciones en el sentido de que las políticas públicas de esa recaudación no son compartidas de manera transversal.
El mejor ejemplo, es el que estamos viviendo hoy sobre la condonación del CAE, o sea, estimar gastar toda una reforma tributaria para condonar a aquellas personas de educación superior.
La verdad es que esto, al final de cuentas, ahuyenta a algunos sectores políticos para poder llegar a acuerdos.
En la reforma de pensiones, cuando sabemos que los acuerdos de los diferentes sectores políticos se deben traducir en un factor en común -que es que todos quieren mejorar las pensiones de los actuales y futuros jubilados-, no son capaces de ponerse de acuerdo en los mecanismos.
En este caso, lo que uno vio en el oficialismo es que hubo poco pragmatismo en tratar de ceder, poca capacidad para conformar estos acuerdos. ¿Por qué insistir en reformular la industria cuando sabemos que el impacto que tendría eso en mejorar las pensiones es nulo o muy bajo? o ¿Por qué seguir insistiendo en una fórmula de solidaridad vía un impuesto al trabajo cuando sabemos que la oposición también quiere la solidaridad, pero mediante otro tipo de impuestos que son las rentas generales?
- ¿Qué se puede esperar para esta tercera cuenta pública?
- Las rendiciones de cuentas siempre tienen una tensión: por un lado, generar promesas; y, por otro, tratar de mostrar ciertos resultados producto del trabajo del año anterior. Al principio del Gobierno, uno espera que las cuentas públicas tengan un tinte mayor en promesas, pero ya cuando pasamos la mitad del Gobierno, uno debiera esperar más bien resultados. Lamentablemente, los resultados que provienen de acuerdos legislativos transversales son más bien escasos.
Hay algunos importantes, por ejemplo, las 40 horas, pero tendrán que ir a buscar logros de tinte de gestión, donde sabemos que es un Talón de Aquiles del Gobierno y, por lo tanto, le será difícil encontrar resultados que sean convincentes para la ciudadanía.